Buscando noticias en Internet me interesé en el título de un artículo de opinión publicado en el diario Hoy que dice: “Y si no gana el “Sí”? de Carlos de la Torre. La forma en que los articulistas suelen tergiversar la realidad de situaciones que atañen a los ciudadanos suele ser muy maquillada, pero en este artículo, cuya propuesta central es un tema de debate muy interesante, se trata un tema con intención de atacar al gobierno pero sin sustento. El hecho de tener sentimientos contrarios a la gestión de Correa –más allá de que sea buena o mala- no es sinónimo de culpabilidad en el declive de otras gestiones, en este caso la de la derecha. El texto dice:
(Si ganara el No) En un par de años Alianza País dejaría de ser un movimiento caudillista y se tendría que transformar en un partido político. Se democratizaría y no sería la propiedad de un individuo que aglutina a las personas de las más diversas ideologías.
Al no existir el reinado de un caudillo, la derecha tendría incentivos para modernizarse dejando de lado a sus cabecillas que huelen a naftalina. La centro-izquierda tendría la posibilidad de ser una tendencia progresista y democrática.
Ni la derecha, ni ninguna ideología o movimiento necesita del declive de otro para surgir nuevamente. Peor aún necesita de un incentivo para modernizarse, esta equivocación en la que cae el articulista no es nada grave, pero si es un acto para reflexionar sobre cuan profundo es el análisis del acontecer nacional de quienes tienen la oportunidad de publicar en medios escritos sus más profundos pensamientos.
Aún cuando todos tenemos el derecho de estar en contra de un régimen, quienes escriben en medios tienen el deber ético de no dejarse vencer por el odio y el simplismo en el razonamiento al momento de analizar una situación. En otro contexto, el artículo sobre si no gana el “Sí” hubiese sido una riquísima fuente de análisis.
Entonces, para quienes tienen una ideología de vieja derecha, o de vieja izquierda, la cuestión no es modernizarse o darle manitos de gato a sus infraestructuras –muchas veces sinónimo de modernización-, la salida para una tendencia es tener un líder que haga tomar las mejores decisiones y que movilice a más personas en un intento por instaurarse… algún día.
(Si ganara el No) En un par de años Alianza País dejaría de ser un movimiento caudillista y se tendría que transformar en un partido político. Se democratizaría y no sería la propiedad de un individuo que aglutina a las personas de las más diversas ideologías.
Al no existir el reinado de un caudillo, la derecha tendría incentivos para modernizarse dejando de lado a sus cabecillas que huelen a naftalina. La centro-izquierda tendría la posibilidad de ser una tendencia progresista y democrática.
Ni la derecha, ni ninguna ideología o movimiento necesita del declive de otro para surgir nuevamente. Peor aún necesita de un incentivo para modernizarse, esta equivocación en la que cae el articulista no es nada grave, pero si es un acto para reflexionar sobre cuan profundo es el análisis del acontecer nacional de quienes tienen la oportunidad de publicar en medios escritos sus más profundos pensamientos.
Aún cuando todos tenemos el derecho de estar en contra de un régimen, quienes escriben en medios tienen el deber ético de no dejarse vencer por el odio y el simplismo en el razonamiento al momento de analizar una situación. En otro contexto, el artículo sobre si no gana el “Sí” hubiese sido una riquísima fuente de análisis.
Entonces, para quienes tienen una ideología de vieja derecha, o de vieja izquierda, la cuestión no es modernizarse o darle manitos de gato a sus infraestructuras –muchas veces sinónimo de modernización-, la salida para una tendencia es tener un líder que haga tomar las mejores decisiones y que movilice a más personas en un intento por instaurarse… algún día.
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